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La concentración de CO2 en la atmósfera sigue en aumento pese a la pandemia

En las últimas semanas, diversos informes han dado cuenta de las mejoras en la calidad del aire a consecuencia de la pandemia y de la reducción de actividades para hacer frente al coronavirus. Sin embargo,nadie debería pensar que la crisis climática ha terminado; ni mucho menos.

Los datos más recientes de la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) muestran que los niveles mundiales de dióxido de carbono (CO2) aumentan bruscamente en la atmósfera.

Emitimos menos gases de efecto invernado en el transporte y en la industria; pero seguimos arrojando demasiados gases al quemar combustibles fósiles para producir electricidad. Y por otra parte los incendios forestales acaban de inclinar negativamente la balanza.

La concentración promedio de CO2 en la atmósfera fue de 416,21 partes por millón

En abril de 2020, la concentración promedio de CO2 en la atmósfera fue de 416,21 partes por millón (ppm), la más alta desde que comenzaron las mediciones en Hawai en 1958.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) informa sobre un fuerte aumento en las concentraciones de CO2 de más de 100 ppm desde marzo de 1958.

Sin embargo, debido a las emisiones de CO2 originadas por el hombre en sus diversas actividades humanas (quema de combustibles fósiles, pero también las derivadas de las emisiones de los residuos y demás…) las concentraciones de CO2 no sólo aumentan, sino que también se aceleran.

Usando registros de núcleos de hielo, es posible medir el CO2 atrapado en el hielo antártico profundo desde hace 800,000 años. Y nunca en los últimos 800.000 años alcanzamos 416 ppm.

Ningún individuo de nuestra especie ha experimentado niveles tan altos de CO2.

Dado que el Homo sapiens apareció hace unos 300.000 años, y el primer rastro de Homo sapiens sapiens (los humanos anatómicamente modernos) data de hace 196.000 años, ningún individuo de nuestra especie ha experimentado niveles tan altos de CO2.

“Todo esto es motivo de una gran preocupación para nuestro clima, y demuestra, una vez más, que se necesitan medidas urgentes para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Para detener el aumento del calentamiento global promedio a 1.5 ° C (respecto a las temperaturas de la época preindusitrial) necesitamos alcanzar cero emisiones netas para 2040 (2055 a más tardar)”, dice Pascal Peduzzi, director de PNUMA / GRID-Ginebra y gerente de programa de la Sala de Situación del Medio Ambiente Mundial.

El 64%de la producción eléctrica procede de energías fósiles

Estos resultados pueden sorprender a quienes asumen con optimismo que Covid-19 reducirá las emisiones mundiales totales.

Si bien es cierto que el tráfico de los vehículos y de los aviones, así como la actividad industrial, se han reducido drásticamente en la mayoría de las partes del mundo desde enero de 2020, el suministro eléctrico se produce en gran medida con combustible fósiles. El 64% procede de esta energía fósiles: carbón, el 38%; gas, el 23%, y petróleo, 3%), según World Energy Outlook 2019.

Los sistemas de calefacción han estado funcionando como antes la aparición de la Covid-19. No se han dado transformaciones trascendentales en este período (como el cambio a las energías renovables, el transporte público, la deforestación)

El cambio exige modificar el modelo energético

Los incendios forestales están incrementando la probabilidad y la gravedad de los sucesos debidos al cambio climático, sobre todo en Brasil, Honduras, Myanmar, Tailandia y Venezuela, y cada incendios emite grandes cantidades de CO2 adicional.

“Sin cambios fundamentales en la producción mundial de energía, no deberíamos tener razones para esperar una reducción duradera de las emisiones”, dice el experto en cambio climático del PNUMA, Niklas Hagelberg.

“En cambio, Covid-19 nos brinda la oportunidad de hacer un balance de los riesgos que estamos asumiendo en nuestra relación insostenible con nuestro medio ambiente y aprovechar la oportunidad de reconstruir nuestras economías de maneras más responsables con el medio ambiente”, dice este experto.

Fuente: La Vanguardia