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El Parlament de Catalunya aprueba el impuesto del CO2 a los coches con una amplísima mayoría

El Parlament de Catalunya ha aprobado, con los votos de Junts per Catalunya, Esquerra Republicana, PSC y los Comuns, la modificación de la ley catalana de Cambio Climático, aprobada en el 2017. Una vez superados los escollos que dificultaban la implantación del nuevo tributo de CO2 a los vehículos, este finalmente empezará a ser cobrado el año próximo aunque con fecha del año 2019.

En total, 3,6 millones de vehículos deberán pagar el tributo, que dejará a las arcas de la Generalitat 40 millones de euros primer año (correspondiente al 2019), aunque está cifra podría ser multiplicada por más de dos veces en el 2020. Se han opuesto a este pacto PP y Ciudadanos, mientras que la CUP se abstuvo. Resultado del Parlament: 77 votos a favor, 30 en contra, y 4 abstenciones.

El impuesto gravará los vehículos en función de sus emisiones, de manera que penaliza más a aquellos que arrojan más CO2 y, que, por lo tanto, contribuyen más al calentamiento de la atmósfera. En total dispondrá de seis tramos progresivos, de manera que se paga más en cada tramo de emisión, algo parecido a lo que ocurre con el canal del agua.

En nuevo tributo tendrá un carácter específico, es decir llegará a casa como un impuesto separado de los demás; será, por así decirlo, como el impuesto de circulación que se paga una vez al año.

Los vehículos que arrojen menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro estarán exentos de este pago en el año 2019, y a partir del 2020 pagarán el tributo al rebasar el listón de los 95 g/CO2/km. El sentido último es promover una flota más limpia dando señales ecológicas al mercado.

Turismos y furgonetas tributarán en el 2019 (aunque el recibo se pasará al cobro en el 2020) mientras que las motos se incorporarán en el 2020 y lo pagarán en el 2021.

Será un impuesto progresivo: según las emisiones de los vehículos

Será un impuesto finalista -según ya había establecido la ley-,de modo que los recursos que se obtengan serán destinados (unos 40 millones de euros el año próximo) nutrir un fondo para financiar actuaciones en materia de mitigación del cambio climático (aún por definir) y otros fondo de patrimonio natural, para políticas de conservación de espacios naturales.

Lograr una modificación del impuesto del CO2 más precisa y jurídicamente más robusta ha sido el elemento más sustancial de la modificación de la ley catalana de Canvi Climàtic. Los coches mas antiguos carecen de información sobre sus emisiones de CO2.

Por eso, era necesario estipular por ley un modo de cálculo estimativo lo mas preciso posible de este impuesto para dar seguridad jurídica.

A la hora de instaurar este impuesto en el año 2017, la Generalitat se encontró -entre otros problemas- con que no podía aplicar lo a los más antigos (pues en su ficha técnica no da el detalle de las emisiones).

Se ha logrado fijar una estimación de emisiones de los vehículos más viejos

Tuvo que conseguir el censo de vehículos matriculados en Catalunya (entregado por la Dirección General de Tráfico), y, finalmente, ha podo efectuar un cálculo para determinar las emisiones de esos vehículos. Para ellos ha contado con la ayuda del Barcelona Supercomputing Center, que ha establecido una fórmula para establecer la base imponible del impuesto, que ha tenido en cuenta diveros parámetros (carburante, potencia, cilindrada, masa o, antigüedad del vehículo.

La lectura estimada de las emisiones afecta a entre un 40% y 50% de total de vehículos mientras que el resto tienen asignadas esas emisiones en su ficha técnico, y, por lo tanto, no es problema para la Administración establece la cantidad que se tiene que pagar.

La intención inicial del Govern era aplicar el impuesto en el año 2018, pero las sucesivas demoras han hecho que en la práctica se tenga que retrasar formalmente hasta el año 2019.

Será el impuesto propio más importante de la Generalitat atendiendo al número de contribuyentes.

Periodicidad anual

El nuevo impuesto tendrá una periodicidad anual y tendrá como primera fecha de aplicación el año 2019 (el recibo llevará como fecha el 31 de diciembre de cada año). “Este será el impuesto propio más importante de la Generalitat atendiendo al número de contribuyentes; en total, casi tres millones”, señaló el pasado mes de octubre la secretaria d’Hisenda del Govern, Marta Espasa. Será un impuesto muy parecido al de otros tributos locales o estatales (IBI, o impuesto de circulación…).

La Agència Tributaria ya dispone de los datos de todos los vehículos, que le han sido cedidos por la Dirección General de Tráfico.

La Agència Tributària girará las liquidaciones enviándolas directamente al contribuyente, sin que éste tenga que hacer una autoliquidación. “Fijaremos la cuota y le diremos al ciudadano lo que debe pagar, como si fuera otro impuesto, como el impuesto de circulación o el IBI”, añade Marta Espasa.

La Agència Tributària elaborará, en este primer año de aplicación, un censo provisional, como propuesta de liquidación, que se expondrá al público entre el 1 y el 15 de mayo y que se publicará en un edicto en el DOG.

Luego, tras un período de 15 días de exposición para presentar alegaciones por parte de las personas interesadas, se dispondrá de un padrón definitivo la primera quincena de septiembre.

Dado que se hará una notificación previa en mayo –contra la que cabrían alegaciones ciudadanas– y que el padrón definitivo estará en septiembre, se estima que el impuesto se empezará pagar a final del año, aunque buena parte de los recibos se retrasarían hasta el 2021.

El impuesto será más caro el año próximo

El impuesto tiene una estructura de fiscalidad ambiental progresiva en cinco tramos, de manera que los segmentos de emisiones más altas están especialmente penalizados. En el 2020, esta exigencia será mayor; es decir, el impuesto es será más caro.

Así, en el año 2019, los vehículos estarían exentos de pagar en la franja hasta los 120 gramos por kilómetro recorrido –tributarán a partir de esa cantidad–, mientras que en el año 2020, empezarían a pagar al superar la barrera de los 95 g/km.

Un vehículo con unas emisiones de 150 g/CO2/ km, por ejemplo, pagaría 17,5 euros en el 2019 y 44,5 euros en el 2020.

Por el contrario, un 4×4 con un volumen de emisiones de 218 g/CO2/km sería castigado con 76,6 euros en el 2019 y 128,77 euros en el 2020.

La modificación legal también aclara mejor que son objeto del impuesto las empresas (alquiler de coches y demás) cuando tienen una sucursal o una oficina en Catalunya.

En este sentido, se señala que son objeto pasivo de impuestos, tanto las personas físicas, como las jurídicas que, sin tener domicilio fiscal en Catalunya, dispongan de “un establecimiento, una sucursal o una oficina para vehículos”

En el primer año, la Generalitat espera recaudar unos 40 millones de euros, la mitad destinado a políticas para afrontar la emergencia climática

La instauración de este impuesto ha sufrido un largo proceso, bloqueado sobre todo en la fase de aplicación del artículo 155 (en el que Catalunya perdió su autogobierno) y con un recurso de inconstitucionalidad (presentado por el PP), y finalmente ganado en este punto por la Generalitat el pasado mes de junio, pues los jueces interpretaron que no había doble imposición, sino que era un impuesto propio de la Generalitat.

La ley de Cambio Climático creó dos fondos con los recursos recaudados: un Fondo Climático para apoyar la transición energética (ayudas a los sectores limpios) y un Fondo para el Patrimonio Natural, destinado a financiar actuaciones en el medio natural, hoy infradotadas.

Los ingresos definitivo estimados se han llegado a cifrar en unos 80 euros al año, pero Hisenda prefiere no aventurarse en estos cálculos, si bien otras fuentes estiman que podrían ser incluso superiores en el futuro.

Nutrirán dos fondos de la Generatitat con finalidad ambiental

Un elemento relevante del nuevo impuesto es su finalidad 100% ambiental. Todo lo que se recaude se destinará a acciones para proteger el medio ambiente, según explicó en su día Marta Subirà, secretaria de Medi Ambient del Departament de Territori i Sostenibilitat.

“El 50% de la recaudación se destina al Fondo para el Cambio Climático, que impulsará políticas de mitigación, como la mejora del transporte público y las ayudas a la renovación de flotas de vehículos antiguos y más contaminantes así como políticas de adaptación al cambio climático”, expuso.

“Necesitamos disponer de más y mejores instrumentos para hacer frente a la emergencia climática” recalca. “El otro 50% se destinará al Fondo del Patrimonio Natural”, sentenció hace unas semanas Subirà, que recuerda la importancia del informe del IPBES de Naciones Unidas al alertar de la necesidad de políticas más activas de gestión de la biodiversidad y los espacios naturales.

“Debemos gestionar y proteger mejor la naturaleza, un ámbito desde siempre infrafinanciado, y para ello necesitamos más recursos humanos y económicos. El impuesto supondrá un salto adelante en gestión del patrimonio natural en Catalunya por parte de todos los actores que intervienen en el territorio” concluye.

Las grandes claves del gravamen son éstas:

1 ¿CUÁNDO SE PAGA? El nuevo impuesto tendrá una periodicidad anual y tendrá como primera fecha de aplicación el año 2019 (el recibo llevará como fecha el 31 de diciembre de cada año). El periodo de pago se fija entre el 1 y el 20 de noviembre del año siguiente, es decir, la primera factura se deberá abonar el 2020.

2 ¿QUIÉN DEBE HACERLO? Serán objeto del gravamen todos los turismos con un máximo de ocho asientos, las furgonetas para el transporte de mercancías con una masa máxima no superior a las 3,5 toneladas y las motos (aunque en este último caso, su aplicación se demora hasta el 2020). Vehículos eléctricos o flotas de servicios de policía quedan exentos, pero no así otros vehículos de las administraciones. Los camiones tampoco pagan, lo que motiva algunas de las alegaciones.

3 ¿A QUIÉN? La Agència Tributària girará las liquidaciones enviándolas directamente al contribuyente. Previamente, la Secretaria d’Hisenda hará un trámite para notificar las autoliquidaciones individualmente, de manera que el ciudadano podrá presentar alegaciones si no está de acuerdo con las emisiones que le han sido asignadas. El padrón definitivo se expondrá entre el 1 y el 15 de septiembre, y contra él aún cabrá recurso o reclamación. Mediante la ley de presupuestos de la Generalitat se podrán modificar los elementos para cuantificar el impuesto.

4 ¿PUEDO RECURRIR? Se presentará un primer padrón entre el 1 y el 15 de mayo. El ciudadano podrá presentar recurso. La Administración estará obligada a responder a las alegaciones, y cuando el padrón ya sea definitivo -septiembre- se notificará personalmente la cuota que pagar finalmente -establecida.

4 ¿Y SI VENDO EL COCHE, QUIEN PAGA? Lógicamente, pagará el impuesto quien en ese momento sea titular de vehículo según el registro en la dirección general de ¬Tráfico.

El debate parlamentario: vivo e interesante

El debate parlamentario ha sido vivo e interesante. En su comparecencia en el debate parlamentario, el diputado de Ciudadanos, Antonio Espinosa, negó que pueda hablarse de un impuesto progresivo. “Se pagará el impuesto por tener coche; no cumple los principios de progresividad y equidad”, afirmó.

Su argumento, además, es que como se penaliza más a los coches más viejos y estos corresponden a las personas con menos poder adquisitivo, “los que pagarán más serán las personas con rentas más bajas”.

Dijo que no es impuesto al CO2, sino a los coches; y se refirió a la aparente contradicción que supone que pague igual un coche que haga 500 kilómetros al año que otro que recorra 30.000 kilómetros.

También se quejó de que la tramitación parlamentaria ha sido muy rápida y de que no escuchara su propuesta para que la mayor parte del dinero recaudado (60%) fuera destinado al fondo climático, y las acciones correspondientes, con mayor prioridad que las partidas reservadas a la conservación del patrimonio natural. “Con la excusa del falso impuesto al CO2 quieren aumentar la presión fiscal. Dejen de meter mano en los bolsillos de los catalanes”, concluyó.

El PP y el “afán recaudatorio”

Santi Rodríguez (PP) utilizó argumentos parecidos. “Ha sido el proyecto más rápido de la historia”,se lamentó. “A ustedes les molesta el debate”, soltó. También argumentó que el impuesto puede tener un impacto sobre la industria automovilística, que supone e 10% del PIB y emplea a 15.000 trabajadores.

“Y no paga más quien más contamina, sino quien tiene un vehículo domiciliado fuera de Catalunya”, dijo, pues puede darse el caso de un coche que está matriculado fuera de Catalunya y se mueva en esta comunidad, con lo que cual eludiría el pago del impuesto”, expuso. Insistió también en que “paga lo mismo quien hace 500 kilómetros al año que quien hace 30.000”.

El diputado habló reiteradamente de contaminación, cuando el gravamen se refiere al CO2, un gas que no contamina, sino que calienta la atmósfera.

Dijo que el impuesto se olvidaba de la Catalunya menos poblada (al no incorporar bonificaciones o exenciones para estas zonas), “en las que no hay alternativa de transporte público”.

Añadió que “sería más justo un impuesto de hidrocarburos”,aunque aquí la Generalitat no tendría el mismo margen para actuar; y pidió sin conseguirlo que hubiera una exención para los coches nuevos. Concluyó diciendo que la verdadera finalidad de la Generalitar era “recaudatoria”.

Jordi Terrades (PSC): “hay que pasar del discurso a tomar medidas”

El PSC, a través de su diputado Jordi Terrades, apoyó la modificación de la ley con el argumento de que “debemos pasar del discurso del cambio climático a tomar algún tipo de medidas”.

Añadió que “no se puede decir que este impuesto pone en cuestión la industria automovilística”, haciendo referencia al ejemplo de Alemania, donde existe una potente industria de fabricación y “tiene la fiscalidad más alta para los vehículos”, dijo, sin que se lanzaran estas acusaciones..

También criticó el procedimiento y la urgencia de la mayoría que apoya el gobierno. El PSC pidió (y le fue aceptado) que se retirara la exención al impuesto que estaba previsto para los vehículos de las administraciones, un privilegio que consideró injustificable, “porque las administraciones son las primeras que deben dar ejemplo” dando señales de que hay que reducir emisiones.

Se quejó de que las partidas para combatir el cambio climático solamente son el 1,6% de los presupuestos,y “se quedarían en un 0,5% si se descontaran las destinadas al transporte público”.

David Cid (Catalunya en Comú Podem), a PP y C’s: “¡a ustedes no les molesta el impuesto, sino que se hable del cambio climático!”

David Cid (portavoz de Catalunya en Comú Podem) abundó en los argumentos científicos que justifican la necesidad de actuar. Se refirió a los aumentos de temperaturas en Catalunya (+1,6ºC desde 1950), a las proyecciones futuras ya la necesidad de reducir las emisiones un 8% cada año para paliar el calentamiento y seguir la senda de la mitigación.

También recordó que los gases contaminantes (asociados a las emisiones de los coches) matan prematuramente a unas 400 personas al año en el área de Barcelona. Dirigiéndose a los partidos de derechas en la oposición les dijo: “¡a ustedes no les molesta el impuesto, sino que se hable del cambio climático!”.

Respecto a si es un impuesto progresivo, dijo que, como cuestión previa,hay que considerar que “el 50% de los catalanes o no tienen coche o no tienen carné de conducir”.

“En Catalunya, hemos perdido 10 años en la lucha contra el cambio climático. Tenemos que pasar de la retórica a los hechos”, indicó.

Natàlia Sánchez (CUP): “No es un impuesto progresivo”

Natàlia Sánchez Dipp (portavoz de la CUP) expresó sus reservas sobre la idoneidad del impuesto. “No es el impuesto que queríamos. No es prioritario para combatir la emergencia climática”, dijo tras criticar la inacción del gobierno en el despliegue de la ley de cambio climático (pues falta fijar los impuestos por las emisiones a los NO2 a los grandes buques que atracan en los puertos).

“No es un impuesto progresivo. No penaliza más a quien más contamina. Es un impuesto al coche”, reiteró.

Teresa Pallarés (JxC): “Hemos dado un paso para combatir el cambio climático”

Teresa Pallarés (JxC) resaltó que la tramitación de la modificación ha intentado simultanear la urgencia y el consenso.

Añadió que la iniciativa está en sintonía con las política europeas. Destacó el trabajo técnico desarrollado para encontrar un fórmula que permita estimar las emisiones, y dijo que la modificación de la ley es “un paso” para seguir avanzando en la lucha contra el cambio climático.

Subrayó que los informes científicos sobre los aumentos de temperaturas no pueden dejar indiferentes a nadie.

“Nos lo ha dicho muy claramente la OMM” (Organización Meteorológica Mundial”

Lluís Salvadó (ERC): “Ningún impuesto municipal europeo se establece según el kilometraje. Lo que ustedes proponen aplicar es imposible”

Lluís Salvadó (ERC) replicó que en toda Europa hay unos 20 impuestos municipales de circulación de automóviles que llevan aparejados criterios de penalización de las emisiones de CO2, y que las propuestas de PP y C’s era inviables.

“Ninguna de estos impuestos se establece en función del kilometraje. Lo que ustedes propone aplicar es imposible” dijo

Salvador tuvo palabras afectuosas y de agradecimiento hacia Josep Rull (hoy en la cárcel), que fue el impulsor de esta ley, e insistió en que debía reconocerse su tarea también en estos momentos de convulsión política.

Fuente: La Vanguardia